Para formar profesionales reflexivos, debemos tener en cuenta tres dimensiones:
- la capacidad de reflexionar sobre su práctica profesional,
- la capacidad de reflexionar sobre sí mismos en el contexto de su práctica profesional, y
- la capacidad de reflexionar sobre su práctica profesional en el contexto de su sociedad.
Y esto significa una visión amplia de la reflexión, que incluye
- qué se piensa,
- sobre qué se piensa,
- cómo se piensa y
- desde donde se piensa.
Y en este proceso es clave incorporar las humanidades en la formación de profesionales. No como complemento o decoración, sino como un camino de acceso privilegiado a la comprensión del propio lugar en el mundo.
Por eso la sumisión a la innovación y el cambio como valores absolutos arrastra en muchas personas la mentalidad de que no hay nada relevante que se pueda aprender o considerar de las grandes producciones canónicas de la humanidad
via Josep M. Lozano.